martes, 4 de octubre de 2011

El día en que nací, mamá tuvo que aferrarse. A pesar de mi tamaño, se fusionaba.
Yo parecía normal, todos lo decían, no era una sorpresa para nadie. Y eso me enojó. Como venganza, hice fuerza, mucha fuerza hacia mis costados, y ¡pum!, dos aletas de pez salieron de dentro mío. Todos quedaron boquiabiertos, absortos. Me miraron por horas sin decir una palabra, inmóviles.
Yo, supe que sin dudas los había sorprendido. Entonces, guardé mis aletas de pez y me dormí en brazos de mamá.

JmV

Aleteos

Faltaba la palabra que hinchara el resto del día.
-¿Cómo se dibuja un pájaro quieto?- La miré fijo a los ojos y abrí los brazos. Me perdí por unos minutos. Alcé la vista y ya no estaba.
Me recosté en el pasto del jardín, mirando al cielo, a los pájaros volando.
Pasaron días que no trajeron noches, el sol abrió puertas en el aire que se parecían a su rostro, y me di cuenta que los pájaros volaban ciegos. Inquietos vibrantes. No se detuvieron.
Pasaron más días, no importaba si llovía o soleaba, siempre hubo movimiento.
Y yo seguía tratando de responderle...
Allí, en ese jardín… ¿Cómo se dibuja un pájaro quieto?

JmV