domingo, 6 de julio de 2014

Catarsis

Aprendí que todo puede sanar si se hace desde dentro.
Aprendí que las Mujeres y  los Hombres son sagrados, independientes y libres.
Que los patrones sociales y culturales pueden dañar profundamente, pero un gran porcentaje puede desaparecer de nuestras vidas si eso es lo que queremos.
 Aprendí que nadie puede decirme cómo mostrar mi Cuerpo, cómo moverlo ni cómo cuidarlo. Yo seré mi medicina de Libertad.
 Aprendí que el respeto no es simplemente no decir y callar, sino que se trata de poder comprender que el otro es diferente a vos.
 Que los miedos, las fobias, los prejuicios y el orgullo no son más que el producto de un modo de pensar y de vivir enfermizos.
 Aprendí que la soledad es un tesoro. Aprendí que la compañía también lo es.
 Que el Amor es mucho más fuerte de lo que podemos imaginar.
 Que alguien que te ama, te respeta, respeta tu cuerpo y a tu corazón.
Aprendí que puedo elegir qué comer, qué danzar y qué hacer de mi vida.
Que puedo soportar el calor y el frío porque mi Cuerpo es sabio.
Que la belleza no requiere de colores, productos rejuvenecedores ni suavidad artificial.
 Aprendí también, que yo no soy el problema de nadie, ni nadie es mi problema. Que cuando el interior está bien, el exterior también lo está.
 Aprendí que nadie puede decirme si estoy o no estoy en condiciones de elegir mi camino ni seguir mis deseos. Nadie puede frenar mis impulsos ni calificarme. Pero también aprendí que desde el amor se puede mejorar.
 Aprendí que las crisis hay que atravesarlas, vivirlas y sacar su jugo vital.
Que lo que se aprende desde la experiencia tendrá en tu vida mucho más valor que cualquier cosa que se pueda intelectualizar.
 Aprendí que la menstruación también es un tesoro, que mi Sangre es vida.
Aprendí que puedo ser Mujer, Hija, Madre, Maestra, Hermana, Amiga y Amante... y nunca dejar de aprender.


J