
Cada mañana me despierto, en el punto exacto en el que el reloj marca las seis. Me pongo de pie, huelo la energía que proviene de afuera, y sé que será un día de maravillas (siempre y cuando tenga mi té de vainillas y mis almendras sobre mi mesa, siempre y cuando tenga un vaso de agua, siempre y cuando me queden ganas de sonreir por el hecho de estar viva)
JMV